lunes, 28 de noviembre de 2011

Capítulo 10#


¡Buenos días, mundo! Hoy va a ser un buen día. Brilla el sol, y eso que son las ocho de la mañana. Me pongo alegremente un jersey nórdico de color marrón, unos vaqueros ajustados y mis Converse All Star de color marrón.
Hoy sí que voy a desayunar.
Salgo de casa animada, lista para encontrarme con mi mejor amigo en la esquina. Porque sólo es mi mejor amigo, que conste.
David me espera sonriente. Y, sin conversación, con un simple “hola” por saludo, caminamos cabizbajos hacia el instituto. Intento desesperadamente entablar conversación, pero es inútil. No tengo nada que decir.
La clase está vacía. Mierda, ahora tendré que hablar con David.
-       ¿Qué tal llevas lo de física y química?- le pregunto.
-       Bien.
-       Ah…
Ahí se acaba la conversación. Estoy más nerviosa cada vez. No estoy igual de cómoda con él como antes, no sé por qué.
De pronto saca un papel arrugado de su mochila y me lo da.
-       Toma. Lo hice para ti, ya sabes, antes de…eso.
-       Gracias…- lo miro con atención. Arriba pone “Tú y yo, te quiero”, y abajo hay un dibujo copiado de una foto que tenemos en el tuenti. Me acuerdo de ese día. Fuimos al parque los dos solos y nos hicimos fotos. Salimos bien. Fue una buena tarde.- ¡Me encanta! Estás hecho todo un artista.- Vuelvo al recuperar la confianza con él.
-       Me alegro.
-       David…-una duda se me pasa de repente por la cabeza- ¿sigues enfadado conmigo?
-       Mmm…no, ¿por?
-       No sé, estás…raro.
Me mira. Sus ojos son miel, y transmiten todas sus emociones. Parecen gritarme un te quiero, susurrarme lo mucho que le importo o querer abrazarme con todas sus fuerzas. Me quedo embelesada.
Él sonríe y me abraza, y no me importa nada excepto él y yo, fundidos en ese cálido abrazo, él y yo, una sola persona. Y eso hace que me líe aún más. ¿Con quién se supone que quiero estar? ¿Quién me gusta? ¿Jack? ¿David? ¿Lucas?
Nos separamos.
Aparece Jack. Me mira intensamente, y sus ojos aguamarina me hipnotizan. Sonríe tan dulcemente…ay dios mío. ¡Que me derrito!
-       Hola, Vera.- su acento es claramente americano. El corazón me late a mil por hora.
-       ¡Hey! ¿Qué tal, yanqui?
-       Bueno.- su sonrisa desaparece repentinamente. Se sienta en su mesa, y me mira desconsolado.- he roto con Sarah.- así que ahora viene a mí para que le consuele, como último recurso. Pues no.
-       Lo siento mucho.- la rabia se refleja en mis ojos.
El día pasa sin demasiada novedad, Diana y yo estamos tristes por Jack y por Iván.
Llego a casa. Después de comer pongo el tuenti y me encuentro un mensaje privado. Es de Lucas.
“Hola guapísima. Te recuerdo que hemos quedado a las 5, que no se te olvide, ¿eh? Te echo de menos, ¡hace más de una semana que no te veo! Te quiero, espero ansioso a que lleguen las 5. Lucas(: ”
¡Es verdad! No me acordaba de que había quedado con Lucas. Menuda cabeza la mía…y ya son las 4. Como no me dé prisa no llego.
Me miro al espejo. ¡Menudo espantajo estoy hecha! Más vale cambiar la ropa. Me pongo una camiseta y una camisa por encima, y unos pantalones cortos muy ajustados con medias. Por último, unas bailarinas muy monas que me compré el otro día. Me pongo rímel y me pinto la raya, de color azul. Me doy brillo de labios.
Preparo la mochila a todo correr. No es que crea que vayamos a estudiar mucho, pero bueno.
-       ¡Mamá, me marcho!- salgo corriendo de casa y cojo el autobús en la parada de la esquina, que casi se me escapa.
Llego al conservatorio y subo a las cabinas. Allí está él.
Lleva unos pantalones caídos y una camiseta en la que pone: I want you for US army. Me encanta. Es guapísimo, moreno y de ojos verdes. Me sonríe. Me saluda dándome un beso.
-       ¿Preparada para estudiar?
-       Supongo- no puedo evitar sonreír.
Entramos en la cabina nº 12. Hay un piano bastante viejo. Mierda, sólo hay una silla.
Me quedo de pie mientras él coge asiento en la butaca del piano. Sonríe.
-       Siéntate, no te quedes de pie…
-       No, es igual- me da bastante corte sentarme ahí, en una silla tan pequeña, con él-, me quedo de pie…
-       Que no, chica, siéntate aquí conmigo, que no te voy a comer ni nada…
-       A ver, que ya lo sé, pero es que estoy bien aquí.- Me estoy ruborizando por momentos, lo noto.
-       Insisto. Lo vas a ver mejor aquí, además vas a estar más cómoda.
-       Bueno, venga, me siento.
Estamos muy próximos, nuestros cuerpos se tocan…él está caliente. Me sonríe de nuevo. Estoy roja como un tomate.
Me explica todo muy bien, así que a los diez minutos ya lo he entendido todo. Me mira y me dice, con una sonrisa radiante:
-       Bueno, ahora quiero mi recompensa.
¿Cómo? ¿Recompensa? No entiendo…
-       ¿Cómo que recompensa?- le pregunto, extrañada.
-       Sí, ya sabes, un abrazo, o un beso.
Me da mucha vergüenza abrazarle. Él es mayor que yo, y además es tan guapo…me quedo cortada, sin saber qué decir.
-       Em, gracias por explicarme el tema, pero no creo que sea necesario…
Voy recogiendo el libro de piano, y cuando me doy la vuelta para coger el abrigo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario