… me besa. No, no es un pico. Es un beso largo, apasionado. No sé por qué me he dejado llevar, no lo esperaba. Estamos unos 10 segundos besándonos. Me abraza. Me aferro a él. No quiero que esto se acabe nunca. Soy completamente feliz.
Finalmente nos separamos. Agacho la cabeza, me entra la vergüenza. No me siento ya tan segura. Me mira feliz. Y me vuelve a besar. Este beso es más corto, de repente se separa de mí bruscamente y mira el reloj.
- ¡Ostia, las 5 y media! Tengo clase, lo siento. ¡Nos vemos!
Y se marcha. Me quedo desconcertada. Le observo mientras se aleja por el pasillo, de prisa. Me toco los labios. Mi ropa huele a él.
Regreso a casa, y decido una cosa. Pongo el tuenti y miro los mensajes.
“¡Amor! Tengo que hablar contigo, mañana te cuento. Te quiero, Diana(: ”
“Hola, spanish girl. Quiero quedar contigo. Hoy parecías enfadada en el instituto. ¿Cuándo te viene bien? Bueno, hablamos mañana en clase. Un beso, Jack, your own captain America<3”
“¡Hola, princesa! He pensado que podíamos quedar mañana para estudiar. Así me explicas las matemáticas, que se me han atragantado y no hay manera. ¿Qué me dices? Bueno, mañana hablamos. Un beso, David.”
Tengo que escribirle un mensaje a Lucas antes que nada.
“Hola, Lucas. Tenemos que quedar. Ese beso no puede quedar así. No soy de las que van besando a la gente sin razón, necesito una explicación. ¿Cuándo puedes quedar? Venga, adiós. Vera.”
Ya estoy satisfecha. Decido relajarme un rato y bajo al salón a ver un poco la tele. Mi hermano Álex todavía no ha venido, porque está estudiando arquitectura y suele volver a eso de las once. Estoy sola. Me descalzo y veo durante media hora o así un capítulo repetido de Aquí no hay quien viva. Mi serie favorita. La única que me hace reír.
Cuando me canso de los vecinos de Desengaño 21, me subo a la habitación y estudio un rato. Al fin y al cabo, mañana tengo global de física y química, y no quiero tener que pasar las navidades estudiando para recuperar.
Once páginas y pico después, comienza a sonar el teléfono. Lo cojo rápido, ya que estaba sobre mi mesa.
- ¿Sí?
- Hola, cariño- es Diana.- ¿qué tal?
- Bien, bueno, regular, bueno, no muy bien, la verdad.
- ¿Y eso?- Diana parece extrañada.
- Bueno, es que resulta que había quedado con un tío del conservatorio para estudiar, y nos hemos liado.
- ¿Y te gusta?
- No lo sé…puede que sí, o puede que no…el caso es que se ha largado sin explicación.- todavía sigo indignada.
- ¡Qué cretino! Bueno, lo siento por ti, de verdad, pero llamaba para decirte lo feliz que me siento ahora mismo…
- ¿Por?- ahora soy yo la extrañada. Se supone que Diana estaría llorando desconsolada en su cama porque Iván la había dejado.
- Iván y yo hemos vuelto…- parece más feliz que nunca.- Me lo ha pedido esta mañana. Y le he dicho que sí, naturalmente.
No me lo puedo creer. El chaval al que más odio, un chulo asqueroso e idiota perdido, y Diana le vuelve a dar una oportunidad. No lo quiero ni pensar.
- Ah…bueno, pues me alegro por ti- le digo medio cabreada.
- La verdad es que estoy muy feliz. Bueno, te tengo que dejar, tía, que tengo que estudiar, que no quiero dejar física y química.
- Vale, venga, adiós, mañana hablamos.
Creo que es mejor que me vaya a la cama.
Me meto en la cama. Qué calentita está. Estoy un rato dándole vueltas a la cabeza con lo de Jack y David, que quieren quedar conmigo, y no sé qué hacer, y el beso de Lucas. Sí, me está empezando a gustar. Tiene algo. Y ese algo me encanta.
A la media hora o así oigo que llega Álex de la universidad. Qué raro, parece que habla con alguien.
Miro la hora. Las once de la noche.
Sube Álex.
Vuelvo corriendo a la cama, no quiero que sepa que estoy despierta. Me tapo todo lo que puedo con la manta. Se acerca más, y más…se abre la puerta, suavemente.
- Vera- dice entre susurros.- Venga, sé que estás despierta. A mí no me engañas, chavala.
Vale, me ha pillado.
- ¿Qué quieres?- fijo acabar de despertarme- Son las once de la noche…
- Primero, normalmente te metes a la cama mucho más tarde, y segundo, hay alguien abajo que quiere verte.
- ¿A estas horas quién va a venir a casa a verme?
- No sé, el chico no me ha dicho cómo se llama. Pero parecía urgente. Tú baja y listo.
¿Quién será? ¿Un chico? Sólo hay tres posibilidades: Jack, David y Lucas.
¡No puedo bajar con estas pintas! Me pongo una camiseta muy mona, una falda vaquera y unas bailarinas, me pinto un poco y me hago un moño improvisado pero que al menos no deja ver mis pelos de loca. Me pinto un poco la raya, pero casi no se nota. Un poco de gloss y, ¡listo!
Bajo las escaleras lentamente…no sé con quién me puedo encontrar, y cuál es mi sorpresa al ver a…
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