…Lucas. Esboza una sonrisa radiante al verme bajar la escalera. Álex se ha marchado a su habitación para dejarnos intimidad.
- ¿Qué haces aquí a estas horas?- le pregunto, sorprendida.
- Necesitaba verte- me toma entre sus brazos. Me siento reconfortada y a salvo.
- Vamos al salón.- me susurra.
Ya nada existe alrededor. Sólo él y yo. Me toma en brazos y nos sentamos en el sofá. Le miro a los ojos. Son verdes. Y profundos. Me acaricia la barbilla y acerca mi cara a la suya. Rozamos nuestros labios. Jugueteamos un rato hasta que al final nos besamos, profundamente, disfrutando cada segundo de placer. Nos abrazamos y permanecemos así, yo recostada en su pecho, y él besándome la nuca, durante unos cinco minutos.
- Es tarde- me dice.- Tengo que irme, amor. Mis padres se van a dar cuenta de que no estoy en casa. Nos vemos mañana, o cuando sea, ¿si? Te quiero mucho, cariño.
No quiero que se vaya. Quiero agarrarle de la cintura y que esto no acabe jamás. Quedarnos en el sofá hasta las seis de la mañana. Quiero dormir a su lado, despertarme con él. Pero tiene que irse. Además, mis padres van a llegar pronto de trabajar.
- Vale, mañana nos llamamos. Te quiero.- nos besamos otra vez. No me canso, es adictivo. Soy completamente feliz.
Me voy a la cama con una sonrisa que no se me borra de la cara.
==Esa noche, en sueños==
Desperté en un lugar confortable. Estaba tumbada sobre un lecho de hojas, en medio de una finca. Me incorporé. Alguien se acercaba.
Estaba encapuchado, completamente vestido de negro. Mis músculos se tensaron inevitablemente.
Cuando llegó a mi lado, se acercó a mi cara y me sonrió. No podía verle la cara, su capa ensombrecía su rostro, pero por su bella sonrisa adiviné que era muy guapo. Dos mechones de cabello rubio le escapaban por la frente.
- No puedes esconderte…tarde o temprano acabaremos estando juntos…te encontraré allá donde vayas…sabes que serás mía…- me susurró.
Sus palabras me extrañaron. No entendía ni una palabra de lo que decía, no tenía ni el más mínimo sentido. Y sin embargo, esa voz me resultaba tan familiar…
Se quitó la capucha.
Él. Él es el chico de ojos azules, fríos como el hielo.
Jack.
==A la mañana siguiente==
Me despierto. Menudo sueño. ¿Significará algo? Bueno, no le demos más vueltas. Me visto corriendo y desayuno calmadamente. Hoy me hago un moño bien chulo, un poco deshecho, pero adrede.
Mamá me ha preparado unas tostadas. Las como alegremente y me encamino al instituto.
- ¡Hoooooola!- David también parece contento hoy.
- Hola, chavalote. Brilla el sol, y los pajarillos cantan- reímos juntos.
- Sí que estás feliz hoy- me dice con una amplia sonrisa en la cara.
Me coge en brazos como si fuera una ligera pluma y me lleva a caballito.
- ¡Que te vas a destrozar la espalda!- intento zafarme y bajarme, pero él es más fuerte y me sujeta bien.
- Qué va, soy un chico fuerte.
- No, si ya.- le digo, fingiendo enfadarme.- Y cuando tengas una chepa impresionante, ¿qué chica va a querer estar contigo?
- Con que tú quieras estar conmigo... me vale.- ya empezamos. La sonrisa se me borra de la cara. Odio que se ponga en ese plan meloso. No me gusta y punto. Es mi mejor amigo, nada más.
- Bájame.
Continuamos el camino callados. Llegamos al instituto y me encuentro a Diana besándose con Iván. Bueno, si son felices…Diana me ve y se separa de Iván para venir corriendo hacia mí.
- ¡Tíiiiiiaa!- me da un beso inmenso en la mejilla.
- ¡Hooola!- no puedo evitar contagiarme de su felicidad.
- Tienes cosas que contarme, ¿no?- me mira con cara de pícara. Me conoce mejor que nadie y no puedo esconderle nada.
- Sí. No te lo vas a creer. Ayer vino Lucas a mi casa, ¡a las once y media de la noche! Vino, nos liamos otra vez y bueno, vamos a quedar. Al parecer estamos saliendo. ¡Soy tan feliz!
- ¡Qué me dices! Me alegro muchísimo por ti, a ver cuándo me lo presentas. Tengo que ver si te merece.
En ese instante me suena el móvil. Un nuevo sms. ¡Y es de Lucas! El corazón me late a mil millones por hora sólo de pensar lo que puede poner en ese mensaje. ¡Estoy tan enamorada!
- ¡Diana! Sms de Lucas, ¡de Lucas!- me marcho corriendo por el pasillo para leerlo en la intimidad. Lo abro…