Nuevo sms.
Son las siete de la mañana, como comprenderéis no me apetece mucho que me despierte my iPhone con su pitido infernal. Y, para colmo, es de David, otra vez.
“Hola, princesa(; Sólo decirte que te recojo a las 8, como siempre. Y que lo de ayer me encantó, espero que lo podamos repetir! Un beso tequiero:)”
Perfecto. Encima sigue coladito por mí. ¿Cómo le digo que el que me gusta es Jack, y no él?
Hoy tengo tiempo de vestirme bien, ya que David me ha despertado media hora antes de lo normal. Escojo una camiseta blanca, normal, con un jersey de lana de éstos que se llevan tanto este invierno, con un pañuelo al cuello. Me pongo unos vaqueros nuevos y mis botas de piel, ésas que me encantan.
Me miro al espejo. “¡Eres un pibón!”, pienso para mis adentros. La verdad es que hoy estoy realmente guapa. Me plancho el pelo cuidadosamente y bajo a desayunar.
Mi padre lee el periódico mientras bebe su café de todas las mañanas y mi madre me está preparando unas tostadas con mermelada, mi desayuno favorito. Pero hoy no tengo hambre. Estoy muy nerviosa por lo que les voy a decir a Jack y a David.
- ¡Bueeenos días! Mamá, no tengo hambre. Hola, papá. Bueeno, me voy al instituto, que a este paso voy a llegar tarde.
- Que tengas un buen día, cielo.
Me reúno con David en la esquina, como siempre.
- Hola, princesa- se acerca para besarme, pero yo lo aparto de un empujón.
- ¡¿Qué coño haces?! No quiero que me beses, ni que me abraces, ¿lo coges?
- Pero yo pensaba que…
- Pues no pienses nada porque no somos nada, no sé si para ti ese beso significó algo, porque para mí desde luego no. Y por tu culpa ahora Jack seguramente me odia. TE ODIO.
Camino hacia el instituto, dejándole atrás. ¿Qué se habrá creído ese cretino? Pff, se creería que estábamos saliendo o algo. No pienso volver a hablarle en la vida. Le odio.
Pero no, no se da por aludido. Me alcanza rápidamente y me agarra el hombro, obligándome a girar la cabeza.
- ¿Se puede saber qué te pasa?- me dice, preocupado.
- ¿Es que no lo entiendes todavía? Ayer había quedado con Jack, para estudiar. Porque Jack me gusta, ¿sabes?- le trato como si fuera tonto. Estoy dolida, ¿vale?- y tú, con tus absurdas reglas de Ruffini, me besaste en el momento en el que él vino. Y ahora se cree que estamos saliendo o algo.
- Lo siento, pero es que no puedo controlarme. Me gustas demasiado.
El corazón se me enterneció por un instante. No, debo mantener la mente fría. Le ignoro.
Llego al instituto. Diana viene corriendo.
- Tía, he leído tu privado. ¡Qué mal, ¿no?! A ver, creo que tienes que hablar con los dos.
- He hablado ya con David.
- ¿Qué tal se lo ha tomado?
- ¡Es un pesado de mierda! No me deja en paz. Se creía que estábamos saliendo.
- ¡Alaa! – Diana no da crédito a lo que oye.- Bueno, lo importante es que estoy yo aquí, para todo, siempre, ¿ok? –me abraza y me siento bien. Siento que tenemos un vínculo tan fuerte que nadie puede romper…
- Hola, amor- ya está aquí el idiota de turno.- Hola, Vera. Si no te importa me llevo a mi chica.- Iván se aleja con Diana, que le abraza y me hace un gesto de: ¡luego hablamos!
Ahí está Jack.
Voy a hablar con él. Voy preparándome mentalmente lo que voy a decirle. Cruzo la clase. Parece como si un mundo entero se interpusiera entre nosotros dos.
Llego hasta su sitio.
- Hola, Jack.
- Hola, Vera.
- Verás, quería decirte que…- no sé ni por dónde empezar. Una disculpa estaría bien- a ver, no me he portado bien contigo, y eso que viste ayer…no es lo que parecía…vamos, que yo con David no tengo nada. Y…bueno, en fin…- ¿por qué será tan complicado?- que tú me gustas, y mucho- al fin.- Desde el primer momento.
Jack continúa impasible. Ay madre, ¿qué habré dicho? ¿Por qué no reacciona? Abre la boca para contestar, pero en ese momento suena la campana.
- Luego tengo que hablar contigo- me dice, muy serio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario